Dinámica, digital e innovadora: EOS.

El relanzamiento de la marca es otro hito en la evolución del Grupo EOS. Y lo voy a explicar con el ejemplo del logotipo. Si vemos nuestro antiguo logotipo, es muy clásico, muy conservador, y, por decirlo así, muy alemán. Hace tiempo que dejamos de ser la empresa de cobros analógica y de ámbito nacional que éramos cuando se diseñó este logo. Hoy somos inversores financieros internacionales y pioneros digitales que avanzamos con audacia y marcamos las pautas para todo el sector. Pero hasta ahora no habíamos comunicado hacia el exterior esta evolución tan extraordinaria. Y eso es lo que queremos hacer ahora con el nuevo diseño.

El nuevo logotipo simboliza el dinamismo, la digitalización y la voluntad de dar forma al futuro. La e minúscula del logo representa el carácter internacional del Grupo EOS, que cada vez tiene más importancia en nuestra actividad diaria. Viene del inglés, la lengua global, que no suele utilizar mayúsculas. La O representa que estamos enfocados en nuestros objetivos, en transformar para mejor las finanzas de nuestros clientes, grandes o pequeños. De la misma forma que la O está en el centro de nuestro logotipo, nuestros objetivos tienen una importancia central. La S —al estar inacabada— representa el proceso de transformación en el que estamos inmersos desde hace unos años. Precisamente en las áreas de cultura corporativa y transformación digital se ha avanzado muchísimo. Y con ella formulamos nuestra pretensión de seguir evolucionando siempre. Nunca habrá una versión definitiva de EOS, la transformación es parte de nuestro ADN.

Aparte del logotipo en el membrete, a priori no cambiará mucho para nuestros clientes. Seguimos siendo un socio confiable y estable que sigue tratando cada caso con los mismos valores y estándares. Seguiremos reinventándonos cada día, mejorando y haciéndonos más digitales mientras no dejamos de ampliar nuestra gama de productos. Nuestro equipo, igual que nuestros algoritmos, también aprenden cada día. Esto hace que podamos gestionar cada caso con mayor eficiencia y, por tanto, ofrecer las mejores soluciones a nuestros clientes. Esto es algo con lo que podían contar en el pasado y con lo que podrán seguir contando en el futuro.

Nuestra visión, el nuevo eslogan y, por último, la nueva identidad de la marca son cosas que nos definen como grupo. La nueva marca da a las partes interesadas una idea de quiénes somos, de que vamos con los tiempos y de a dónde queremos llegar en el futuro. En resumen: qué pueden esperar si trabajan con nosotros. Y ahí la primera impresión es decisiva. Pero tampoco debemos olvidar el efecto que tienen internamente esos posicionamientos sobre la propia organización. La nueva marca crea una nueva identidad para el grupo y permite que los distintos centros crezcan cada vez más compenetrados.

Exacto. La base técnica ya la hemos creado durante los últimos dos años, gracias también a la pandemia. Hoy, las personas de las empresas de EOS de todos los países están conectadas a través de una única herramienta colaborativa. Esto nos ofrecerá muchas nuevas posibilidades de colaboración. En vez de pensar en silos, queremos rebasar fronteras, del tipo que sean; en vez de trabajar aisladamente por países, queremos intensificar los equipos multinacionales.

No quiero valorar si era el momento oportuno. Pero un cambio de dirección siempre ofrece la oportunidad de coger nuevo impulso, repensar las cosas y cuestionarse a uno mismo —y esto no solo es válido para mí y para el Consejo, sino para cualquier nivel de la jerarquía. Esta energía hay que aprovecharla. En EOS ya hay muchas cosas que funcionan muy bien. Somos más de 6.000 trabajadores y, a pesar de ello, nos sentimos como una gran familia. Este es uno de nuestros puntos fuertes. Pero todavía hay un potencial enorme en el grupo. Yo, personalmente, persigo el objetivo de ser cada día un poco mejor que el día anterior. Y esta mentalidad me gustaría transmitírsela a toda la empresa mediante mi trabajo.