NPL garantizados: Estas tendencias están configurando el mercado en 2018.

¿Va a ser el 2018 el año en que los créditos morosos finalmente sean reconocidos como una oportunidad de inversión legítima? La Comisión Europea, el BCE y la ABE están trabajando en una serie de medidas para hacer que la comercialización de créditos morosos sea más estructurada, más accesible y, consecuentemente, más atractiva.

En 2007, cuando el término «préstamos tóxicos» comenzó a aparecer en los medios de comunicación, provocó escalofríos a muchos de los profesionales de servicios financieros. La imagen del «sector bancario» quedó significativamente dañada en la mente de la gente, que consideraban que estaban pagando por los errores del sector. En 2010, incluso el Oxford English Dictionary comenzó a incluir ejemplos de instrumentos financieros bajo la entrada de «tóxico».

Pasados diez años, los titulares de las noticias, si no los sentimientos, han menguado un poco. Tanto es así, que pocas personas saben que invertir en créditos morosos (NPL, por sus siglas en inglés) se ha convertido en algo muy corriente: el mercado mundial ha estado allí durante décadas, pero el deseo de los reguladores por disminuir el riesgo de los balances de los bancos ha provocado un resurgimiento. Un estudio realizado por Deloitte determinó que el año pasado se esperaban vender casi 130.000 millones de euros de paquetes de créditos morosos en toda Europa, alrededor de un tercio más que en 2014. El volumen bruto total de los créditos bancarios morosos en la Unión Europea (UE) fue de alrededor de 1,3 billones de euros a finales de marzo de 2017, de los cuales 921.000 millones de euros estaban en los balances de los bancos de la eurozona, que asciende a alrededor del 5 por ciento de su volumen total de crédito.

¿Una situación en la que todas las partes salen ganando en el mercado de NPL?

A pesar de la mejora significativa de la economía desde la gran crisis financiera, el porcentaje de posibles impagos no está cayendo tan rápido como quisiera la Comisión Europea. En julio de 2017, el Consejo de la Unión Europea encargó a la Comisión y a una serie de instituciones la creación de un plan de acción para tratar el asunto, a fin de garantizar una mayor estabilidad financiera en la UE. Estas incluían a la Autoridad Bancaria Europea (ABE), al Banco Central Europeo (BCE) y a la Autoridad Europea de Valores y Mercados (AEVM), así como a la Junta Europea de Riesgo Sistémico (JERS). Parte de este plan implicaría simplificar el proceso mediante el cual los bancos pueden transferir créditos morosos a entidades financieras no bancarias, fomentando así los mercados secundarios de créditos morosos y, posiblemente, establecer una plataforma de transacción de créditos morosos.

Esta última utilizaría plantillas y procesos estandarizados, que fomentarían la percepción por parte de la opinión pública de los créditos morosos como una opción legítima de inversión. Esto también permitiría a los bancos disminuir el riesgo, reestructurar sus carteras y redistribuir sus recursos de créditos morosos a sus actividades básicas.

Lo que es más importante, liberaría capital para llevar a cabo esas funciones que los bancos hacen mejor, como financiar actividades de crecimiento económico. Por último, también permitiría a los reguladores mantener una atenta mirada en el mercado y en cómo se llevan a cabo las actividades.

Por tanto, una situación en la que todos salen ganando. Y esto es solo el principio, según el Consejo de la Unión Europea, que tiene previsto introducir nuevas medidas en 2018. Para expertos en NPL como el Grupo EOS, este será un año emocionante, especialmente porque una mayor regulación hará que invertir en este tipo de activos sea más atractivo. Una mayor estructuración y normalización del mercado de créditos morosos, tal vez ayudada por la aparición de empresas de gestión de activos nacionales, generará confianza en estos mercados y atraerá a inversores de más calidad. La porción del mercado de créditos morosos que está garantizada por, entre otros, bienes inmuebles, aviones, barcos y activos financieros, ya es una opción cada vez más atractiva, según consultoras como Deloitte.

El BCE, en su intento por animar a los bancos a desprenderse de créditos morosos, sugiere liquidar o condonar estas deudas activas. Esta propuesta es impopular en los bancos, puesto que los dejaría con poco o nada, mientras que vender en el mercado de activos improductivos les proporciona alguna esperanza de obtener retorno. Por ejemplo, el banco belga KBC vendió el 40 por ciento de sus deudas activas durante su reestructuración, lo que le permitió pagar la deuda que tenía con el gobierno por la ayuda recibida cinco años antes de lo previsto. Las carteras de créditos morosos fueron adquiridas por EOS Aremas, un actor con mucha experiencia en el sector de servicios financieros belga.

Este efectivo modelo a imitar para invertir en créditos morosos podría utilizarse en los estados de los Balcanes e Italia, donde el reciente colapso del mercado inmobiliario puede aumentar significativamente la oferta de carteras de créditos morosos con garantía. Los bancos de la región se encuentran bajo la presión de los reguladores para disminuir el riesgo y, por tanto, mejorar su calificación crediticia.

 

Invertir en créditos morosos no es un negocio fácil.

Si bien habrá una gran cantidad de oportunidades, los gestores de activos deben tener algo en mente: Invertir en carteras de créditos morosos no es para pusilánimes o inexpertos. El negocio de la gestión de carteras garantizadas y combinadas es algo muy complicado, y las empresas dedicadas a la gestión de deuda se enfrentan a muchos desafíos. El asunto espinoso de los datos es uno de ellos, el cual puede ser parcialmente abordado a través de la plataforma de créditos morosos propuesta por la UE. Las normas del secreto bancario y el RGPD (Reglamento General de Protección de Datos) pueden hacer que resulte difícil para las empresas de gestión de activos obtener toda la información que necesitan. Luego existe el desafío adicional de la valoración de garantías reales, que debe ser supervisada continuamente. La ABE ha reconocido estas cuestiones como clave, que podrían obstaculizar el desarrollo del sector, y destaca la importancia e integridad de los sistemas de datos subyacentes.

El Grupo EOS ha desarrollado un grado considerable de experiencia, especialmente en el área de los préstamos garantizados por bienes inmuebles. Mediante la contratación de administradores de casos, consejeros jurídicos y especialistas externos, EOS se ha convertido en un líder de este sector. Pero, para EOS, además de la profesionalidad, se necesita corazón: «La manera en que tratamos a nuestros clientes es muy importante para nosotros», dice Veerle Timmermanns, director del departamento de crédito comercial de KBC. «Cualquiera que trabaje con nosotros debe tratarlos con respeto y empatía, como lo hacemos nosotros mismos». El riesgo para la reputación del banco al desprenderse de estos préstamos es enorme y no debe subestimarse. A los ojos del mundo, su responsabilidad no cesa cuando la cartera es adquirida por otra organización. La opinión pública y la prensa no tendrán compasión si consideran que los bancos están permitiendo que se trate mal o de manera injusta a sus antiguos clientes. De ahí que se hayan cedido a EOS Aremas, una organización que comparte principios y valores similares a los del KBC.